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domingo, 14 de febrero de 2021

 
Nunca necesitaste llamar para entrar en mi dormitorio, no importaba si transcurría un minuto, días, meses o años, una sonrisa bastaba. 
Era el lugar donde nos sentíamos más cómodos, apartados del resto del mundo. Nuestro destino parecía obvio, no estaba exento de señales. 
Por suerte guardamos recuerdos, y alguna que otra foto en la cama.

La vida nos puso a prueba al separar nuestros caminos, el tiempo diría si volverían a cruzarse.

Y lo hizo...

No debo agradecer a fuerzas extrañas, sólo a ti, un día despertaste y supiste qué hacer. 
Fue algo inesperado. En el fluir de la desesperanza hice mío el pensamiento de Segismundo: "toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son." 
Dejé de escribir canciones. Desbocadamente te colabas en los versos como musa de mis anhelos, transformándolos en una lluvia persistente de nostalgia y deseo. 

De alguna manera supiste que no estaba bien y quisiste ayudarme. Dejaste todo, tu felicidad y estabilidad, con tal de hacer realidad mi eterna quimera. Avivaste el fuego de la pasión entregándote en cuerpo y alma, sin reservas, cuidando cada detalle por mantener encendida la llama.

Esquivo la mirada en el espejo, los cambios son imperceptibles cuando dejo de prestar atención.
Tú, sin embargo, sigues en la cúspide de la belleza, mantienes intacto ese encanto dulce y travieso que te hace tan especial.
         
                                        

lunes, 10 de agosto de 2020

Días de paseo

¿Recuerdas Sierra Alhamilla?, antes solo era un paisaje gris. Contigo, los colores recobraron toda su intensidad. 

¿Y caminar descalzos por la arena a la orilla del mar?, observando abrazados el mismo horizonte, atentos al silencio roto por las olas. No era la primera vez que íbamos juntos a la playa, pero así, de esa manera, era algo que nos debíamos.

Rescatamos el beso pendiente en las escaleras. Planeamos un futuro en la casa que nos vio crecer, aquella alcoba donde deteníamos el tiempo, y aquel terrao que fue nuestro refugio.

Descubrí que tus ojos no son un lugar para perderse sino para encontrarme a mi mismo. Que se puede bailar más con el corazón que con los pies, y que cualquier sitio es perfecto estando tú a mi lado. 


                             

domingo, 9 de agosto de 2020

Vivir en el campo no es ir de pícnic

¿Acaso estar rodeado de gente implica sentirse acompañado?. ¿Un lugar dónde no poder exteriorizar todas las emociones que llevas dentro?. Muchas normas coartan la libertad, y la ciudad es un hervidero de normas, un criadero de leyes cambiantes promulgadas por entidades tóxicas.


En otros tiempos la precariedad obligó a los jóvenes a abandonar los pueblos, alejarse del campo en pos de un futuro menos incierto. Tuvieron que aprender un oficio que les permitiese obtener un mísero sueldo con el cual subsistir en ese conglomerado. Por el contrario, algunos se movían como pez en el agua, incluso nadando contracorriente.

Con un poco de esfuerzo puedes ahorrar lo suficiente para comprar materiales de evasión, rodearte de comodidades y objetos a lo sumo innecesarios. Hay muchos vendedores de humo, y la publicidad es manifiesta. También podemos juntarnos con amigos, escuchar chascarrillos repetitivos y reír sin mesura despertando neurotransmisores que nos alejen de esta realidad tan confusa.

Está bien querer vivir en la naturaleza, huir de la ciudad, revertir la Historia. Hay muchos pueblos abandonados, muchísimos. Lo primero es empezar con buen pie. ¿Ya vive alguien?, pues hay que tantear el terreno, exponer nuestro plan y procurar acuerdos. 
Es mejor no caer en los mismos errores que nos llevaron a dejar la urbe, construir desde cero, crear. Ya sabemos en qué consiste convivir, debes aportar algo o dejar en paz a quienes lo intentan. 

Son muchas aldeas sin nadie, la soledad no es mala compañía. Si es eso lo que deseas y encima eres capaz de no sostener conflictos internos, evita convertirte en un huraño. Si ya lo eres, ¡allá tú!.

En fin, la decisión de elegir dónde vivir, es tuya. Y si, por suerte, tienes la oportunidad de hacerlo con la persona que amas, no lo dudes.




viernes, 7 de agosto de 2020

Como quiera que se llame

De nada sirve invocar, no funciona así. Puedes pasar una vida pretendiéndola, ella llega cuando le viene en gana, cuando menos la esperas. Si eso ocurre, lo mejor es dejarse llevar... 



viernes, 14 de febrero de 2020

Pensando en ti

A pesar de no hablar el mismo idioma, conectamos nada más conocernos. Desde niños fuimos dominando el arte de mirarnos en silencio, haciendo caso omiso a un sentimiento más profundo que no paraba de crecer.
A ese primer verano le siguieron muchos otros. El deseo de tu llegada hacía irrelevante el resto del calendario.  Con el tiempo, esos once meses de trámite se fueron convirtiendo en un obstáculo. Con sueños incumplidos y esperanzas rotas, nuestras vidas tomaron diferente rumbo.
Un nuevo giro en los acontecimientos nos volverá a reunir, tenemos un asunto pendiente por resolver...

Recuerdo la delicada sonrisa que hacía brillar tus ojos y, si me lo permito, hasta puedo percibir el roce de mis dedos en tu piel. Pero no es lo mismo, nada lo es sin ti, necesito acariciarte, llenar los espacios donde las palabras no tienen hueco. 




 

jueves, 15 de agosto de 2019

De vuelta al presente


Desde que recibí la misteriosa carta con el dibujo del tren y la margarita, tuve la certeza de que se trataba de Laura. No era un simple razonamiento, me lo decía el corazón. 
¿Cómo demonios ha podido contactar conmigo en internet?, utilizo seudónimo, no tenemos amigos comunes. Abandoné todo lo conocido cuando desapareció de mi vida. Tampoco voy a indagar sobre el asunto, lo importante es que hemos vuelto a hablar. 
Pudo haber llamado a la puerta y presentarse sin necesidad de dejar aquel sobre anónimo.
- Tuve miedo -me dijo. Miedo a decepcionarte.

Me quedé inmóvil delante del teclado, mi mente gritaba las respuestas, los dedos se negaban a obedecer. Sentí un nudo en el estómago que fue subiendo hacia el pecho, la garganta, y finalmente estalló en la cabeza.
Un nuevo mensaje me devolvió al presente:
- ¿Sigues ahí?, no dices nada...

- Si, Laura... ¿Cómo puedes pensar eso?, ¿sabes? vi una película llamada "Los Puentes de Madison", el protagonista dice una frase que me gustó cuando la escuché: "Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido". Siempre estuve enamorado de ti, y lo sigo estando. Nada ha cambiado.

- Si, la conozco. Yo también lo pienso..., ¿nos vemos?. 

Bueno, es obvia la respuesta. Siento no escribir más, debo prepararme, algo muy grande está a punto de suceder hoy; he de ir a la estación. Esta vez no pienso dejar escapar el tren.



                      





sábado, 10 de agosto de 2019

Sentimientos de amor

Debía marcharme, alejarme de todo, me sentía prisionero del destino. El futuro lo habían planificado sin contar conmigo, aprovechando que estaba en la mili para ir decorando una realidad ficticia. No faltaba de nada: compromiso expuesto, ajuar, y estrellas para alumbrar un cielo que no deseaba. Mi corazón ya no le pertenecía. Nunca quise hacerle daño, y acabé haciéndoselo. Era inevitable.
Rompí con ella y fui a Barcelona buscando no sé qué en mi lugar de origen, paseando risueño por sitios donde antaño acaricié la felicidad. Necesitaba pensar sin presiones. 
Sentado en la fuente de Montjuïc invoqué aquella energía que conocía del pasado, y mis lágrimas acabaron aumentando su caudal. 

Regresé a casa con la mente despejada, las ideas claras y un sueño por cumplir.



Nada ocurrió. No es una historia con final feliz. Me quedé solo...